martes, 13 de octubre de 2020

Capítulo 5

  



















Emilio camina en el centro. Apenas ha visto gente vendiendo rosas pero sabe que en el centro está lleno. Espera  encontrar a alguien macizo a quien comprárselas. Y nada más cruzar la calle que separa el casco antiguo del centro todo él se revoluciona. Ve a un chico de espaldas en una parada. Se pone a mil. No puedo creer su suerte pero aunque no le ve la cara no tiene dudas:

--ese culazo con los pantalones lilas no tiene confusión posible... ¡es él... es él¡¡

Y se va acercando y ya le ve la cara. Su  pelo alborotado, sin afeitar. Y Emilio tiembla:

--¡¡que guapo está¡¡ ¡¡macizo¡¡

Hay más gente en la parada:

--que se vayan, que se vayan.

Emilio no tiene claro si Luke está vendiendo o como amigo ya que no está detrás del puesto pero algo dentro de él le dice que sí, que las vende:

--hoy es mi día de suerte.

Por fin después de meses de desearlo en la distancia podrá estar cerca de él. La gente se empieza a ir y él teme que Luke se vaya con ellos pero no es así. Luke se queda. Pasa por el lado del amigo rubio de Luke que también vende rosas y a 200 pesetas (1,20 euros). Luke las tiene a dos 500 pesetas (3 euros) pero no lo duda. Los dos amigos están el uno frente al otro.  Victor, el rubio, mira siempre con muy mala cara a Emilio desde un día que  Emilio lo siguió al lavabo con ganas de verle su instrumento sexual. Emilio lo mira siempre con miedo de todas formas no lo duda y va hacia Luke. En el puesto sólo está Luke y su novia María que lo ayuda. Es normal que los estudiantes vendan la rosas a beneficio de algún viaje de la escuela.  Luke no dice que sea a beneficio de nada pero sí hace constar que es de la escuela de Agricultura lo que sorprende a Emilio:

--campesino ¿tan guapo?

María está con el cubo de rosas y él con el letrero de espaldas y Emilio se acerca a él. Tiene el culo del chico a tocar de la mano. Lo que lo excita mucho. Emilio tiembla al tenerlo tan cerca. Luke siente una presencia y se gira. Le sorprende al ver a Emilio y se pone nervioso. Lo recibe un poco a la defensiva:

--hola --le dice.

Luke está sorprendido y Emilio feliz porque jamás pensó tenerlo tan cerca y es que están casi pegados el uno al otro. A Emilio le sorprende la sorpresa de Luke:

--¿es que no puedo ser un cliente como otros? --piensa.

No cree que este haciendo nada que sea descarado.

--hola --le dice Luke.

Y Emilio muy nervioso le pide:

--8 rosas.

--¿las quieres juntas?

--en dos ramos de 4  ya me irían bien.

Luke miras a Maria y le pregunta:

--¿se las haces tú?

Y luego de nuevo dirigiéndose a su novia le dice:

--¿no hay hechos?

Y María le enseña un ramo:

--pero son de 5.

Y ese ramo no le gusta mucho a Emilio porque están muy juntas:

--es que es para un nicho y no se me verían... --dice Emilio que quiere que quede claro que no son para una mujer almenos no viva.

Y como que no se hacen voluntario para hacerle dos ramos y él tampoco les quiere dar trabajo, está feliz de estar al lado de su querido Luke pero no quiere mostrarse como un cliente pesado:

--sueltas ya me irá bien.

--si quieres tenemos de dos en dos--María.

--vale, sí.

Y mientras la chica le prepara las rosas Emilio está al lado de Luke. Ve que tienen chapas como motivos del día que también es típico.

--dame una de cada... (dos en total)

Luke está muy nervioso. No le gusta estar tan cerca de ese chico que lo mira de una manera que no le gusta. Los nervios hacen que su tono suene un poco a sorpresa:

--¿si?

Y Emilio no entiende bien cual es la sorpresa.

--si, sí...

Y él que también está nervioso como un adolescente en su primera cita es Emilio.  Emilio le da ya dos  billetes de 10OO pesetas (6 euros) y las monedas, 400 pesetas (2,40). María le da las rosas. Luego mira a Luke para que le dé las chapas. Luke está muy nervioso por la intensa mirada de él. No sabe qué es lo que quiere. Los nervios lo traicionan y le da el billete que le ha dado Emilio. Emilio lo mira boquiabierto. No entiende qué le pasa:

--No... no esto no... --Emilio

Y después le da las monedas que tampoco toca y Emilio con una cara:

--¿y a este qué le pasa? --piensa-- si él que tiene que estar nervioso soy yo. No él.

--¿las chapas, no? --pregunta Emilio con timidez.

Luke se las da:

--sí, sí... venga gracias.

Luke se queda más tranquilo cuando Emilio ya se va con sus rosas. Emilio está feliz. Piensa en Luke.

--¿ya nos conocemos? La próxima vez que lo vea ¿me saludará?

Se va muy nervioso. Lo que no entiende es los nervios de Luke:

--¿es que sabe que estoy loco por él?

Le pone muy nervioso:

--no creo que haya sido muy descarado... No sé... tal vez el amigo  le dijo algo...

En realidad su fuerte deseo hacia Luke es más que evidente y su manera de manera de mirarlo muy invasiva. A Luke le da pena al chico y tiene paciencia pero le molesta su deseo.



Victor se acerca a su amigo Luke burlándose de él. Hablan flojo por María.

--no te rías que he pasado muy mal rato.

Victor le pasa las manos por los hombros:

--no te quejes que has hecho una buena venta y por tu cara bonita Lo lógico es que me las comprara a mi. Las tengo más baratas.

--ni me lo recuerdes.

--bueno, almenos a ti no te ha pillado en el lavabo¡¡que tío más asqueroso¡¡ ¡¡yo mejor que no me las haya comprado, no te envidio nada¡¡

--bueno... ya pasó.

María se acerca a ellos:

--¿se puede saber que os pasa?

Los dos amigos se miran con complicidad. Luke da dulces besos a su novia:

--no pasa nada



Mike sale desnudo de la ducha. Una ducha fría le va bien siempre que se enoja con su esposa:

--espero que ahora esté más tranquila.

Pero se da cuenta que su esposa no está.

--se fue sin decirme nada --dice triste.

Además ni se molestó en poner las rosas que él le regalé en agua. Las pone él en un jarrón. Está triste.




Y por su lado Bea va a trabajar. Le molesta ver tanta rosa. Alguien de su pasado la enamoró con rosas y la lastimó y eso la llenó de odio.  Odia especialmente las rosas pues le recuerdan esa traicion:

--¡¡los hombres creen que nos pueden usar y para eso los usamos nosotras¡¡ ¿¿quien debió inventar una tradición tan estúpida?? Es evidente que cualquier hombre que regala algo a una mujer es para acostarse con ella.

Y de repente se encuentra a un sonriente Alejandro con una rosa:

--te he estado buscando toda la mañana... te compré esto.

Alejandro está feliz por verla y le quiere decir tantas cosas y  Bea siente que lo ama y tiene miedo que él la traicione. Lo abofetea:

--¡¡imbécil¡¡

Y se va. Alejandro se ha quedado muy sorprendido. Corre hacia ella pero Bea se pierde entre la gente y él se queda solo con el corazón hecho añicos.


Bea en un parque llora. De repente una rosa aparece frente de ella. Por un lado le emociona pensar que Alejandro la siguió pero por otro lado tiene miedo:

--pero tú...

Y levanta los ojos y se encuentra a Dani.

--hola... yo...

Ella no lo deja seguir. Lo mira con dureza y dice:

--¡¡no hables... los hombres no servís para hablar¡¡

El chico se queda muy sorprendido. Ella lo mira. Deja que las hormonas callen su atormentada alma:

--eres muy guapo, me gusta tu cuerpo --dice seductora.

Y él la mira boquiabierto y ella lo ataca. Fornican en un hotel cercano.





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