martes, 13 de octubre de 2020

Capítulo 14

 










 Emilio está como siempre en la biblioteca. Y de repente como una aparición llega Luke con María. Sin afeitar, con pelo alborotado 

--¡que guapo está¡

Miles lo dejó también muy marcado pero todo se lo olvida cuando ve a Luke. Es su mundo. El chico le gusta mucho. Cada día más.

--un revolcón se lo daría bien agusto. Bueno que me lo dé él.

Emilio está deseando perder su molesta virginidad y Luke es el candidato ideal.

Lleva unos pantalones anchos cortos y no se le remarca el culo que tanto le gusta a Emilio que no le saca los ojos de encima al guapo chico.  A Emilio le excita mucho verlo caminar.  Luke es muy amoroso con María, la pareja derrocha mimos y caricias y Emilio siente un gran vacío en el alma. Le gustaría mucho ser María y que un chico como Luke lo amara de esa manera.


Un día más, Emilio está en la biblioteca cuando entra Luke. Emilio lo mira fascinado y es que está como mejor le gusta: con pelo alborotado , con barba y con unos tejanos muy estrechos que dejan ver a la perfección un buen y gran paquete. Emilio lo mira con deseo. Luke lleva una mochila. 

--¡¡que bueno está¡ --dice Emilio admirándolo-- es todo un bien nacional.

Está muy lleno el lugar. Se sienta justo detrás de Emilio que se excita mucho de pensar que ese chico tan guapo está detrás suyo







En los días siguientes. No lo ve. Emilio pasa los días muy ansiosos que calma con la masturbación llegándose a masturbar ocho veces en un mismo día. En casa. En los lavabos del parque. En la biblioteca. Tiene muchas ganas de macho. De uno guapo. Quiere a Luke pero otro le vale también pero no ve a ninguno. Eso lo frustra mucho. Cada vez tiene menos ganas de ir a la biblioteca. Está sentado como si leyera pero mira para todos los lados. No ve ni a Luke ni a otro macizo. Espera un rato antes de irse, de pronto, los ojos de Emilio se van detrás de un culo. Bien grandecito, es como a él le gustan y el dueño del culo va al lavabo. Emilio no lo duda y lo sigue.  El dueño del gran culo está tranquilo en el urinario bastante separado y con su aparato entre las manos. Emilio se pone a cien al ver al guapo rubio.

--¡¡hoy es mi día de suerte¡¡¡ --piensa.

Hay dos lavabos en el centro. El que está cerca de Emilio que es pequeño y sólo hay dos urinarios. Y en el fondo hay uno muy grande. El chico va a ese para no tener a nadie al lado. Emilio esta demasiado cachondo. Aunque hay otros urinarios libres, se pega al guapo chico y mira tranquilamente. No le cuesta mucho ver el gran aparato del chico rubio. Le gusta mucho lo que ve, hasta su pantalón aumenta. Tiene clavado los ojos en esa bella escena que le gustaría inmortalizar. El dueño del gran culo se siente algo incómodo pero mientras el chico sólo mire pues prefiere no darse por aludido. Se la sacude dando un gran placer a Emilio y se lava las manos. Emilio sigue pegado a él. Los movimientos de su culo lo enloquecen. El dueño del gran culo lo mira fijamente incómodo y Emilio lo mira fascinado. El dueño del gran culo no le dice nada, se va y Emilio se queda drogado de placer:

--¡que rabo, que rabo¡¡¡que a gusto se lo hubiera comido.

Se masturba en ese mismo urinario donde ha descargado el chico. Se imagina que se come ese rabo tan apetitoso que ha visto. A la satisfacción llega la frustración. Es virgen y su sueño de que un guapo lo desvirgue parece cada vez más imposible. Ese rubio lo ha dejado impactado. Al llegar a casa se masturba de nuevo pensando en él. Siempre se masturba antes de dormir, esa vez lo hace por tercera vez pensando en el dueño del gran culo. Siempre duerme con la ilusión de vivir en sueños lo que no ha vivido en la realidad. Pocas veces ocurre. Esa noche, es una de esas noches. 


Emilio está en una discoteca. Sus ojos se clavan en un gran culo. Va directo a él y se lo pellizca. El dueño del gran culo se gira. Es el chico de la biblioteca. El chico se acerca a Emilio seduciéndola con su cuerpo 

--¿hola?¿te acuerdas de mi?

Emilio hace que sí con la cabeza. 

--te vi el rabo está mañana.

El chico guiña el ojo y Emilio se derrite.

--¿y te gustó?

--mucho.

Muy seductor.

--eres muy guapo y tienes muy buen culo.

El chico mueve el culo para él mientras le dice:

--para lo que tu quieras... este macho es para ti si lo quieres.

Los dos pegan su cuerpo, Emilio  siente el arma dura de él. Lo desea. Acaban encerrados en el water. El del culazo desnudo aunque en el sueño no se ve nada. Emilio se arrodilla ante él y traga con hambre ese rabo. El chico empuja la cabeza contra su cuerpo. Emilio casi no puede respirar. sólo ve el vello genital semidepilado del chico. No le ve el rabo pero lo siente y lo disfruta. Siente un placer real. Luego el chico del culo gordo se la mete. Es unos segundos. Emilio no ve nada pero siente como entra una verga en su culo dándole mucho placer. Se despierta sofocado y aún sintiendo en la piel ese placer. Nunca había tenido un sueño igual. Esta muy excitado y empalmado. Cierra los ojos. Piensa en el sueño y se masturba. Es feliz, pero es una felicidad que no dura y a la que acompaña una gran frustración





María y Luke acompañan a Dani y Miles a un club exclusivo al que normalmente ninguno de los dos entraría. Los dos están fascinados y empiezan a beber sin control. María pronto pierde la vergüenza y baila y baila y abraza y besa a Luke que está encantado y seguro que esa noche hará el amor con su amada. Todos beben mucho pero Miles es el que más controla. Luke quiere irse solo con María pero ambos está tan borrachos que Miles no se separa de ellos ni de Dani:

--sois unos niños... aún os pasaría algo y yo tengo la responsabilidad.

Acaban en la playa que no está lejos. Dani y Luke se quedan dormidos en la arena por la borrachera. María no, ha perdido su timidez quiere continuar la fiesta. Va hacia el agua.

--¡¡cuidado... que te vas a ahogar¡¡ --Miles.

María, que no sabe lo que hace, se queda completamente desnuda:

--¡¡pues retiéneme¡¡

Y a Miles le pueden las hormonas. 

--lo siento primo... perdiste la oportunidad.

Miles se desnuda y se mete en el agua con María:

--¡¡espérame preciosa¡¡

María parece otra y Miles no puede resistir el encantado de la joven desnuda. La abraza y la besa y los dos se dejan llevar. 

--¿estás segura de esto? No quiero lloros después--jadea él.

Y María grita:

--¡¡soy joven y me quiero divertir¡¡

Miles la mira con cara de degenerado:

--conmigo te vas a divertir y gozar como jamás volverás a hacerlo.

María cae sobre la arena, debajo de Miles que la hace suya como una bestia en celo. María no es nada consciente de lo que está pasando aunque lo disfruta y mucho.





















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